La ausencia de la periodicidad de esta nota periodística se debe a que he estado viajando por el viejo continente. Lo que me ha permitido corroborar que la “Madre Patria” ofrece a propios y extraños, dentro del marco de la sociedad de bienestar, servicios médicos que en mi opinión de eventual paciente, no tienen competencia.
En otro sentido España es un país turístico a todo nivel, lo que permite que a bajo coste, se pueda satisfacer conocimientos sobre el arte, en sus diferentes disciplinas y qué decir de los paisajes arquitectónicos y naturales que guardan las diferentes regiones a lo largo y ancho del país.
1925 – 2019. 94 años cumplidos el 2 de junio, con la gracia de Dios, con salud, pero con achaques propios de la edad.
Debo destacar la misa de salud que se llevó a cabo en la capilla del Santísimo Sacramento, donde se venera en una gruta a la Virgen de Lourdes. La ceremonia la ofició Monseñor Joan Godayol Colom, Obispo emérito de Ayaviri (Perú), el Padre Eduardo Bakale (Guinea Ecuatorial) y el Diácono Juan Alberto Pérez. Al coro de las monjitas se sumó el precioso “Ave María” de Schubert cantado por la soprano Dina Rodríguez.
Me sentí afortunado y satisfecho de ver el reconocimiento de familiares y amigos, que consideraron homenajearme con una cena con un quórum de 68 personas en el restaurant Ricko’s, donde se testimonió el aprecio que me fue ofrecido con canciones dedicadas por Dina Rodríguez y Óscar Olguín, fieles del folklore nacional, principalmente el criollo. A ellos se sumó las mañanitas con la voz sonora del “Charro” José Luís de la Barrera, quién conjuntamente con mi hijo Arnaldo, hicieron de animadores de la velada.
El restaurante Ricko’s se esmeró en presentar un buffet con platos tradicionales entre ellos destacó el ceviche, el arroz chaufa y pollos a la brasa a la limeña, “gol” de “Juanita”, la maestra culinaria.
Agradezco en forma especial el almuerzo ofrecido en el restaurante Ceviche 105, por parte del Sr. Cónsul Embajador Antonio García Revilla y su cuerpo Consular del Consulado del Perú en Barcelona.
Asimismo, aprovecho la oportunidad para agradecer las conferencias telefónicas, mails y mensajes.
No es por inmodesto, pero si me he explicitado en los actos llevados a cabo por mis 94 años cumplidos el pasado 2 de junio, lo he hecho en reconocimiento especial a Dios que como hombre de fe, tengo que agradecerle por la esposa que me dio, Bertha, con quien compartí 64 años de vida, y me dio 11 preciosos hijos e hijas, cuya numerosa prole de 54 nietos, 68 bisnietos y 4 tataranietos, hoy testimonian el cariño y el afecto que me brindan.
Un abrazo para todos los lectores, amigos o no, de esta modesta página de blog.
Afectuosamente,
Manuel Antonio Márquez Molero
Barcelona 14 de junio de 2019